Hilel
(Lucas) Perek (Capitulo) 15
01 Se acercaban al Rabino
Yeshua todos los publicanos y pecadores para oírle,
02 y los Rabinos fariseos del Rabino Shamai y los Rabinos Escribas del Rabino Shamai murmuraban, diciendo: Este Rabino a los
pecadores recibe, y con ellos come.
03 Entonces él les refirió
esta Mashal (Palabras que Benefician
a unos y Perjudican a otros), diciendo:
04 ¿Qué hombre de vosotros,
teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el
desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?
05 Y cuando la encuentra, la
pone sobre sus hombros gozoso así como hizo Moshe;
06 y al llegar a casa, reúne
a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi
oveja que se había perdido.
07 Les digo que así habrá
más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve Tzadikim (Justos) que no necesitan de Teshuva (Arrepentimiento).
08 ¿O qué mujer que tiene
diez Shekelim (Monedas de Israel),
si pierde uno, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia
hasta encontrarla?
09 Y cuando la encuentra,
reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado el
Shekel que había perdido.
10 Así os digo que hay gozo
delante de los ángeles de Adonai por un pecador que se arrepiente.
11 También dijo: Un hombre
tenía dos hijos;
12 y el menor de ellos dijo
a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les
repartió los bienes.
13 No muchos días después,
juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí
desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
14 Y cuando todo lo hubo
malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.
15 Y fue y se arrimó a uno de
los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que
apacentase cerdos.
16 Y deseaba llenar su
vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.
17 Y volviendo en sí, dijo:
¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí
perezco de hambre!
18 Me levantaré e iré a mi
padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
19 Ya no soy digno de ser
llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
20 Y levantándose, vino a su
padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia,
y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
21 Y el hijo le dijo: Padre,
he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu
hijo.
22 Pero el padre dijo a sus
siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y
calzado en sus pies.
23 Y traed el becerro gordo
y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;
24 porque este mi hijo
muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a
regocijarse.
25 Y su hijo mayor estaba en
el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y vio las danzas;
26 y llamando a uno de los
criados, le preguntó qué era aquello.
27 El le dijo: Tu hermano ha
venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno
y sano.
28 Entonces se enojó, y no
quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase.
29 Más él, respondiendo,
dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás,
y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.
30 Pero cuando vino este tu
hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el
becerro gordo.
31 El entonces le dijo:
Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.
32 Mas era necesario hacer
fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se
había perdido, y es hallado.
Hilel
(Lucas) Perek (Capitulo) 16
01 Dijo también a sus Talmidim (Discípulos): Había un hombre
rico que tenía un mayordomo, y éste fue acusado ante él como disipador de sus
bienes.
02 Entonces le llamó, y le
dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya
no podrás más ser mayordomo.
03 Entonces el mayordomo
dijo para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía. Cavar, no puedo;
mendigar, me da vergüenza.
04 Ya sé lo que haré para
que cuando se me quite de la mayordomía, me reciban en sus casas.
05 Y llamando a cada uno de
los deudores de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo?
06 El dijo: Cien barriles de
aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, siéntate pronto, y escribe cincuenta.
07 Después dijo a otro: Y
tú, ¿cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas de trigo. El le dijo: Toma tu
cuenta, y escribe ochenta.
08 Y alabó el amo al
mayordomo malo por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este siglo son
más sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz.
09 Y yo os digo: Ganad
amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os
reciban en las moradas eternas.
10 El que es fiel en lo muy
poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en
lo más es injusto.
11 Pues si en las riquezas
injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?
12 Y si en lo ajeno no
fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?
13 Ningún siervo puede
servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al
uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Adonai con el Maaser (Diezmo) agricola en el Templo de Jerusalén
y a Maamón (riquezas) para si.
14 Y oían también todas
estas cosas los Rabinos fariseos del Rabino Shamai, que eran avaros, y se burlaban de
él.
15 Entonces les dijo:
Vosotros Rabinos fariseos sois del Rabino Shamai los que os justificáis a vosotros mismos delante
de los hombres; mas Adonai conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres
tienen por sublime, delante de Adonai es abominación.
16 La Tora y los Neviim (Profetas = Predicadores) eran
hasta al Rabino y Cohen Ha Gadol
(Sumo Sacerdote) Verdadero Yojanán; desde entonces el reino Eterno de Adonai es
anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.
17 Pero más fácil es que
pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la Tora.
18 Todo el que repudia a su
mujer por cualquier causa y no por la infidelidad y le da carta de divorcio, y se casa con otra,
adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera. El divorcio
se admite y se da solo por causa de infidelidad del conyugue.
19 Había un hombre rico, que
se vestía de púrpura y de lino fino (Los Rabinos fariseos del Rabino Shamai y los Rabinos
Saduceos del Rabino Tzadok), y hacía cada día banquete con esplendidez.
20 Había también un mendigo
llamado Eleatzar (Lázaro) (todos
aquellos que eran aborrecidos por los Rabinos fariseos y los Rabinos saduceos), que
estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas,
21 y ansiaba saciarse de las
migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las
llagas.
22 Aconteció que murió el
mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el
rico, y fue sepultado.
23 Y en el infierno alzó sus
ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Eleatzar (Lázaro) en su seno.
24 Entonces él, dando voces,
dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Eleatzar (Lázaro) para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque
mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
25 Pero Abraham le dijo:
Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Eleatzar (Lázaro) también males; pero ahora éste es consolado aquí,
y tú atormentado.
26 Además de todo esto, una
gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que
quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.
27 Entonces le dijo: Te
ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre,
28 porque tengo cinco
hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este
lugar de tormento.
29 Y Abraham le dijo: A
Moshe y su Tora junto con la Haftará (los profetas) tienen;
óiganlos.
30 El entonces dijo: No,
padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se
arrepentirán.
31 Mas Abraham le dijo: Si
no oyen a Moshe y su Tora junto con la Haftará (los profetas), tampoco se
persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.