lunes, 6 de mayo de 2013

Bereshit (Génesis) Capítulos 20. 21 y 22. Termina Parashat Vayera y con Haftara Vayera.

Bereshit (Génesis) Capítulos 20. 21 y 22. Termina Parashat Vayera y con Haftara Vayera.


Bereshit (Génesis) Capitulo 20.

Sará y Avimélej.

1 Abraham emigró de allí hacia la región del sur. Se estableció entre Kadesh y Shur. Vivió temporalmente en Guerar.

2 Abraham dijo acerca de Sará, su mujer: “Es mi hermana”, por lo cual Avimélej, rey de Guerar, envió un mensajero y tomó a Sará. (Gén. 12:13).

3 Elokim se presentó ante Avimélej en un sueño, por la noche, y le dijo: “Mira, morirás a causa de la mujer que has tomado, porque está casada”.

4 Pero Avimélej no se había acercado a ella, y dijo: “Hashem, ¿acaso también a gente justa matarás?

5 ¿Acaso no me dijo él mismo que era su hermana? Y ella, también ella dijo que él era su hermano. Con la honestidad de mi corazón y con manos limpias hice esto.”

6 Elokim le respondió en el sueño: “También Yo sé que en la honestidad de tu corazón hiciste esto y también Yo te previne de pecar contra Mí. Por eso no te permití tocarla.

7 Ahora, devuelve la mujer del hombre. Él es Profeta - Predicador - (y como tal sabe perfectamente que tú no la tocaste, por consiguiente) orará por ti para que vivas. Pero si no la devuelves, sabe ciertamente que morirás tú y todos los tuyos.”

8 Avimélej se levantó temprano por la mañana. Llamó a todos sus sirvientes y les contó todos estos sucesos. Los hombres temieron mucho.

9 Entonces Avimélej citó a Abraham y le dijo: “¿Cómo nos hiciste esto a nosotros? ¿Qué mal te hice para que hayas traído sobre mí y sobre mi reino semejante pecado? ¡Me hiciste cosas que no deben hacerse! (Por ti se nos han tapado todos los orificos del cuerpo, una plaga infrecuente en el género humano)”

10 Y (continuó) Avimélej diciendo a Abraham: “¿Qué viste para hacerme semejante cosa?”

11 Abraham respondió: “Asumí que lo único que no había aquí era temor a Elokim y que me matarían para poder tomar (libremente) a mi esposa!’.

12 Pero en verdad, además (no te engañé, pues efectivamente), ella es mi hermana. Es hija de mi padre (Teraj), aunque no hija de mi madre. Y se convirtió en mi esposa. (El concepto hermano alude a un pariente de sangre. Además Sará no era hija de Teraj como sí lo era Abraham, sino su nieta —hija de Harán, hemano de Abraham— Sin embargo, nietos son como hijos).

13 Y cuando Elokim me hizo (partir y) deambular de la casa de mi padre, le dije a ella: ‘Hazme este favor: A todo lugar que lleguemos di que soy tu hermano’.”

El rey de Guerar, Avimélej, desiste de poseer a Sará.

14 Entonces Avimélej tomó ganado ovino y vacuno, sirvientes y sirvientas. Se los entregó a Abraham (para apaciguarlo y ore para que sane Avimélej y los suyos) y le devolvió a su esposa Sará.

15 Dijo Avimélej: “Mira, mi tierra está delante de ti. Habita en donde gustes.”

16 Y a Sará le dijo: “Le di mil piezas de plata a tu ‘hermano’. Que sean como velo a los ojos de todos los que están contigo (o sea, «esa fortuna se la di en tu honor, para que nadie pueda denigrarte. Pues si te liberase con las manos vacías, podrían decir que abusé de ti, pero ahora, con la fortuna que le entrego a Abraham sabrán que no te he tocado.») Y con todos quedarás vindicada” («Esa fortuna es la prueba de que no te he denigrado», pues un violador no libera a su víctima con semejantes honores.)

17 Entonces oró Abraham a Elokim y Elokim sanó a Avimélej, a su mujer y a sus criadas. Y dieron a luz.

18 Pues previamente Hashem había cerrado toda matriz de la casa de Avimélej, a pedido de Sará, esposa de Abraham.

Bereshit (Génesis) Capítulo 21.

Nacimiento de Itzjak.

Hashem recordó a Sará tal como había dicho; Hashem actuó con Sará tal como le dijera:

2 (en efecto,) Sará quedó embarazada y dio a luz un hijo de Abraham, en su vejez, en el momento determinado que Elokim había anunciado (a través del ángel).

3 Abraham llamó a su hijo, que le diera Sará, con el nombre de Itzjak.

4 Abraham circuncidó a su hijo Itzjak a los ocho días, como le había ordenado Elokim.

5 Abraham tenía 100 años cuando nació su hijo Itzjak.

6 Dijo Sará: “Elokim me ha hecho feliz. El que lo escuche se regocijará por mí”. («regocijarse», «reírse», en hebreo es Itzjak).

7 Y dijo: “¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sará amamantaría hijos? (O sea, «¡Qué grandes milagros obra Hashem!») ¡Pues le he dado un hijo en su vejez!” (aunque físicamente no era vieja, pero si ya había pasado su periodo menstrual).

8 El niño creció y fue destetado. Abraham hizo una gran fiesta el día que fue destetado Itzjak. (Itzjak fue destetado a los 24 meses de vida e invito a los 31 reyes de Kanaan a la fiesta). 

Por orden de Sará, Hashem expulsa a Hagar e Ishmael.

9 Sará vio que el hijo de la egipcia Hagar, que aquélla le diera a Abraham, se divertía (con la idolatría).

10 Y le dijo a Abraham: “Echa a esta sirvienta y a su hijo, pues el hijo de esa sirvienta no heredará junto con mi hijo, con Itzjak.”

11 Esa cuestión (de su hijo Ishmael que se había descarriado) disgustó mucho a Abraham.

12 Dijo entonces Elokim a Abraham: “No estés apenado por el muchacho y tu sirvienta (que debes expulsarlos): todo lo que te diga Sará préstale atención pues (sólo) tu descendencia (vía) Itzjak será considerada tuya. (Dijo Hashem a Abraham: «presta atención a la voz profética de Sará, pues su grado de profecía es más elevado que el tuyo, sus palabras son Providencia Divina: Ishmael debe hacer su propio camino porque sólo la descendencia de Itzjak será considerada tuya»)

13 Pero también del hijo de la sirvienta haré una nación, pues también él desciende de ti.”

14 Abraham madrugó, tomó pan y una cantimplora con agua y se la dio a Hagar: la colocó sobre su espalda junto con el niño, y la despidió. Ella partió y deambuló por el desierto de Beer Sheva.

15 Cuando se acabó el agua de la cantimplora ubicó al niño debajo de uno de los arbustos,

16 y fue y se sentó (a lo lejos,) enfrente, a distancia de (dos) tiros de arco, porque dijo: “No quiero ver la muerte del niño”. Y se sentó (a lo lejos) frente a él, y lloró en voz alta.

17 Elokim oyó la voz del muchacho. Entonces el ángel de Elokim llamó a Hagar desde el Cielo y le dijo: “¿Qué te aqueja, Hagar? No temas, pues Elokim ha oído la voz del muchacho en donde está. (Elokim oyó la voz del muchacho más que la de su madre. De aquí se deriva que es más eficaz la plegaria del que ora para sí mismo que la de otros que oran por él).

18 Levántate, alza al niño y sosténlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación.”

19 Elokim abrió los ojos de ella y percibió un manantial de agua. Fue, llenó la cantimplora y le dio de tomar al niño.

20 Elokim estuvo con el niño, que creció y habitó en el desierto y fue arquero (tirador de arco).

21 Vivió en el desierto de Parán (al sur del Mar Muerto) y su madre tomó para él una mujer de la tierra de Egipto (de donde ella misma era oriunda. El nombre de dicha mujer era Fátima).

Pacto con Avimélej.

22 En aquella época Avimélej y Fijol -capitán de su ejército- le hablaron a Abraham, diciéndole: “Elokim está contigo en todo lo que emprendes (Ellos entendieron que el Supremo estaba con Abraham después de que éste logró salir ileso de Sodoma después de que la misma fuera destruida, y después de que logró vencer a cuatro poderosos reyes, y después de que su esposa Sará quedó embarazada en su vejez.)

23 Y ahora júrame aquí por Elokim, que no me engañarás ni a mí, ni a mi hijo, ni a mi nieto. Compórtate conmigo, y con la tierra en la que te encuentras como inmigrante, con la misma bondad que yo te he mostrado a ti”.

24 Y Abraham respondió: “Yo juraré.”

25 Abraham discutió con Avimélej con motivo de un pozo de agua que los sirvientes de Avimélej le habían quitado.

26 Avimélej dijo: “No se quién pudo haber hecho esto. Nunca tú me lo dijiste, ni jamás escuché nada al respecto hasta hoy.”

27 Abraham tomó ganado ovino y vacuno, se los dio a Avimélej, e hicieron un pacto.

28 Abraham apartó siete ovejas del rebaño.

29 Dijo entonces Avimélej a Abraham: “¿Qué significan estas siete ovejas que apartaste?”

30 Le respondió: “Estas siete ovejas tomarás de mi mano como prueba a mi favor de que yo cavé este pozo”.

31 Por eso aquel lugar se llamó Beer Sheva, pues allí juraron los dos. (Beer Sheva puede traducirse como “el pozo del juramento” o como “pozo de siete”, en alusión a las siete ovejas).

32 Hicieron un pacto en Beer Sheva. Avimélej y Fijol, jefe de su ejército, se levantaron y volvieron a la tierra de los filisteos.

33 Abraham plantó un eshel en Beer Sheva. E invocó allí el nombre de Hashem, É-l del universo.


34 Abraham vivió (temporalmente) en la tierra de los filisteos mucho tiempo (26 años).

Bereshit (Génesis) Capitulo 22.

Hashem pone a prueba la fe de Abraham - Akedat (Sacrificio de) Itzjak

En ese episodio, en que el Supremo desafía la fe de Abraham y de su hijo Itzjak al ordenarle al primero sacrificar al segundo, la prueba del hijo es más dura que la del padre, pues mientras éste escuchó la orden directamente de Hashem -y como tal, para él tenía carácter de incuestionable- Itzjak la escuchó tan sólo de boca de su padre, por lo que debió potenciar su fe al máximo de modo de darle crédito y dejarse sacrificar. Y en mérito al valor de su fe, este acto lleva justamente el nombre de Itzjak: Akedat Itzjak. Finalmente, ante el valor supra-humano evidenciado por ambos en su entrega absoluta e incondicional en aras del Supremo, surge el ángel e impide que Itzjak fuese sacrificado —Abraham e Itzjak eran hombres tan espirituales que toda la vida de ellos era una ofrenda a Hashem, cuyo valor trascendía del de un mero sacrificio físico. Hashem desafió la fe de ellos no porque Él necesitaba cerciorarse de su integridad, puesto que Él todo lo sabe. Más bien, lo hizo para hacerlos tomar conciencia a ellos de su gran potencial interior.

1 Resulta que después de estos eventos, Elokim probó a Abraham y le dijo: “¡Abraham!”. “¡Aquí estoy!”, le respondió. («Eventos» puede interpretarse también como «palabras», en alusión a las palabras del Satán, que criticó a Abraham no haber hecho ninguna ofrenda a Hashem en el festejo que hizo. O bien puede referirse a las palabras de Ishmael, que se vanagloriaba ante Itzjak haberse circuncidado a los 13 años y no a los 8 días).

2 Le dijo (Elokim): “Por favor, toma a tu hijo, a tu único, al que amas, a Itzjak y vete a la tierra de Moriá (Ierushaláim). Y allí, asciéndelo para ser ofrendado sobre uno de los montes que Yo te diré” (Hashem pudo haberle indicado directamente que tomara a su hijo Itzjak. Sin embargo, Él prefirió darle la orden por medio de varios enunciados, para recompensarlo por cada enunciado individualmente.)

3 Madrugó Abraham por la mañana, preparó su asno y tomó consigo a sus dos asistentes y a su hijo Itzjak. Partió leña para la ofrenda y se puso en marcha hacia el lugar que le había indicado Elokim.

4 Al tercer día Abraham alzó sus ojos y vio el lugar desde lejos.

5 Dijo Abraham a sus muchachos: “Quédense aquí con el asno. Yo y el muchacho (Itzjak) iremos hasta aquí (cerca), nos prosternaremos y regresaremos con ustedes. (No dijo regresaré, sino regresaremos. Abraham vio proféticamente que los dos regresarían.)”

6 Tomó Abraham la leña para la ofrenda y la puso sobre Itzjak, su hijo. Tomó en su mano la antorcha y el cuchillo; y se fueron los dos juntos.

7 Itzjak le preguntó a su padre Abraham: “¡Papá!”. “¡Sí, mi hijo!”, le respondió. “Acá está el fuego y la leña, ¿pero... dónde está el cordero para la ofrenda?”

8 “Elokim buscará el cordero para Él, para la ofrenda, mi hijo”, le respondió Abraham. Y se fueron los dos juntos (los dos juntos, con el mismo fervor en cumplir el mandato de Hashem — Abraham -que sabía explícitamente que iba a sacrificar a su hijo- e Itzjak, a quien Abraham le diera a entender por medio de alusiones que él mismo sería la ofrenda).

9 Llegaron al lugar que le dijo Elokim; y Abraham construyó allí el altar, acomodó la leña, ató a su hijo Itzjak y lo colocó sobre el altar, encima de la leña. (Sin que su hijo Itzjak dijera nada)

Abraham supera la prueba de fe.

10 Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo.

11 Entonces el ángel de Hashem lo llamó (afectuosamente) desde el cielo; le dijo: “¡Abraham, Abraham!” Y él respondió: “¡Aquí estoy!”

12 Le dijo (el ángel): “No extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada, pues ahora sé que eres temeroso de Elokim, ya que no Me has negado tu hijo, tu único (hijo).”

13 Entonces Abraham alzó sus ojos, miró ¡y resulta que había un carnero enredado por sus astas en un matorral! Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. (Ese carnero estaba preparado para tal fin ya desde los seis días de la creación).

14 Abraham llamó a aquel lugar con el nombre de “Hashem Iré” (o sea, “Hashem Verá”), como suele decirse hasta hoy día: “En el Monte de Hashem Él será visto”. (El nombre original de aquel lugar era Shalem -Gén. 14:18- y asociándole el nombre Iré queda IréShalem, o sea Ierushaláim).

15 El ángel de Hashem llamó a Abraham por segunda vez desde el cielo,

16 y dijo: “Por Mí mismo he jurado -declaró Hashem- que en vista a que hiciste esto y no Me negaste a tu hijo único,

17 bendecir te bendeciré y multiplicar multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar (Ambas expresiones dobles «bendecir bendeciré» y «multiplicar multiplicaré» aluden cada una a una doble bendición: por el padre y por el hijo.) Y tu descendencia heredará (conquistará) la ciudad de sus enemigos. (ver Deut. 1:10).

18 Y a través de tu descendencia serán bendecidas todas las naciones de la tierra, porque has obedecido a Mi voz” (Gén 12:3).

19 Abraham regresó hacia sus asistentes, se levantaron y fueron juntos hacia Beer Sheva; y Abraham permaneció en Beer Sheva (para luego dirigirse a Jevrón.)

Nacimiento de Rivká, esposa de Itzjak.

Antes del ocaso de una luminaria, Hashem hace brillar para Israel una luminaria reemplazante. Antes de narrar en el próximo capítulo acerca del fallecimiento de Sará, la Torá ya adelanta los relatos sobre el nacimiento de su sucesora, la matriarca Rivká.

20 Después de estos eventos le fue anunciado a Abraham lo siguiente: “También Milká ha tenido hijos de tu hermano Najor:

21 Utz, su primogénito; Buz, su hermano; Kemuel, padre de Aram,

22 Késed, Jazó, Pildash, Idlaf, y Betuel.

23 Y Betuel tuvo a Rivká. Esos ocho (hijos) son los que Milká le dio a Najor, hermano de Abraham.

24 Y su concubina (de Najor), llamada Reúma, también le dio a Tévaj, Gajam, Tajash, y Maajá. (Abraham estaba preocupado porque debió haber procurado una esposa para su hijo incluso antes de que se le ordenara atarlo sobre el Altar para ofrendarlo, pues de lo contrario habría muerto sin dejar descendencia. Entonces Hashem le anunció proféticamente que ya había nacido Rivká, que sería la futura esposa de su hijo Itzjak. “Después de estos eventos” alude a esa inquietud de Abraham, la cual le surgió después de haber estado a punto de ofrendar a su hijo).

Haftarat Vaierá

Jabad y Ashkenazim: 2 Melajim (Reyes) 4:1 a 4:37

Sefaradim: 2 Melajim (Reyes) 4:1 a 4:23. 2 Melajim (Reyes) 4

Elisha y la viuda menesterosa.

Elisha -Eliseo- fue profeta sucesor de Eliahu -Elías- después de que éste ascendiera al Cielo. Eliahu no murió, más bien ascendió al Cielo y llevado al Gan Edén (Paraíso).

1 Cierta mujer de entre las esposas de los discípulos de los profetas clamó a Elishá, diciendo: “Tu servidor, mi esposo, falleció -tú sabes que tu servidor era temeroso de Hashem- y el acreedor ha venido a llevarse a mis dos hijos como sirvientes”.

2 Entonces le dijo Elishá: “¿Qué podré yo hacer por ti? Dime, ¿qué tienes en casa (que pueda servir como soporte para bendición)?” Y ella respondió: “Yo, tu servidora, no tengo nada en casa, excepto un recipiente de aceite”.

3 Dijo él: “Anda, pide prestado para ti recipientes de afuera –de todos tus vecinos- recipientes vacíos. Que no sean pocos.

4 Luego irás a tu casa y cerrarás la puerta detrás tuyo y detrás de tus hijos, y vaciarás el aceite en todos aquellos recipientes — a medida que los vayas llenando, los apartarás”.

5 Entonces ella se retiró de él y cerró la puerta tras sí y tras sus hijos. Ellos le alcanzaban los recipientes y ella los iba llenando.

6 Cuando los recipientes se llenaron, dijo a su hijo: “Alcánzame otro recipiente”. Pero él le respondió: “No hay otro recipiente”. Y el aceite dejó de fluir.

7 Luego ella fue y se lo contó al varón de Elokim. Y él respondió: “Anda, vende el aceite y paga tu deuda, y tú y tus hijos vivirán del sobrante”.

8 Cierto día, Elishá pasó hacia Shunem, donde había una gran mujer que le insistió para que comiese pan. En consecuencia, siempre que pasaba por allí se desviaba para comer pan.

9 Entonces ella le dijo a su esposo: “Mira, percibo que éste que viene regularmente a lo de nosotros es un hombre santo de Elokim.

10 Por favor, construyamos una pequeña habitación con paredes y pongamos allí una cama para él, una mesa, una silla y una luminaria, y siempre que venga a nosotros se hospedará allí”.

11 Un día en que llegó allí, se retiró a la habitación y se acostó.

12 Y le dijo a Guejazí, su servidor: “Llama a esta mujer Shunamita”. Él la llamó y ella se presentó ante él.

13 Entonces Elishá le dijo (a Guejazí): “Quiero que le digas de mi parte: «Mira, tanto te has preocupado por nosotros con todo este esmero; ¿Qué (favor) te puedo hacer? ¿Es necesario que yo hable por ti al rey o al Jefe del Ejército?»” A lo cual ella respondió: “En medio de mi propio pueblo yo habito (y no necesito esa ayuda)”.

14 Entonces él dijo: “¿Qué (favor) hay que hacerle?” Dijo Guejazí: “En verdad ella no tiene ningún hijo y su marido ya es mayor”.

15 Él le dijo: “Llámala”. La llamó y ella se detuvo en la puerta.

16 Él le dijo: “En esta misma época, el año que viene, estarás abrazando un hijo”. Pero ella respondió: “No, señor mío, hombre de Elokim, no engañes a tu servidora”.

17 La mujer concibió y dio a luz un hijo para la época que Elisha le había anunciado.

18 El niño creció y un día salió hacia su padre, con los segadores.

19 Y le dijo a su padre: “¡Mi cabeza!, ¡mi cabeza!” (Sintió un profundo dolor en la cabeza y se lo comunicó a su padre). Y él le dijo a un muchacho: “Llévalo con su madre”

20 Lo tomó y lo llevó con su madre. El niño estuvo sentado sobre sus rodillas hasta el mediodía, cuando murió.

21 Entonces ella subió y lo acostó sobre la cama del hombre de Elokim; luego cerró tras él la puerta y salió.

22 Llamó a su marido, diciendo: “Te ruego que me mandes uno de los muchachos y una de las asnas para que yo vaya corriendo a lo del hombre de Elokim, y luego volveré”.

23 Pero él dijo: “¿Por qué vas a verlo hoy? No es Rosh Jodesh (comienzo de mes) ni es Shabat (sábado)”. Pero ella respondió: “Todo está bien”. (Era habitual visitar en esos días a los virtuosos y estudiosos de la Torá.)

Sefaradim concluyen aquí. Ashkenazim continúan.

24 Preparó la burra y le dijo a su muchacho: “¡Arrea (la burra) y anda! ¡No te detengas a menos que te lo pida”!

25 Se encaminó y llegó hasta el hombre de Elokim, en el monte Carmel. Pero cuando el hombre de Elokim la vio desde lejos, le dijo a Guejazí, su sirviente: “¡Mira, la shunamita aquella!

26 Ahora, por favor, corre al encuentro de ella y pregúntale: ¿Estás bien tú? ¿Está bien tu esposo? ¿Está bien el niño?” Y ella contestó: “¡Sí, todo está bien!” (dijo así porque no quiso pronunciar palabras negativas).

27 Ella se dirigió al hombre de Elokim, en el monte, y se aferró a sus piernas. Entonces se acercó Guejazí para alejarla, pero el hombre de Elokim le dijo: “¡Suéltala, pues su alma está amargada dentro de ella — Hashem me ha ocultado la causa (de su amargura) y no me la ha revelado”.

28 Entonces ella dijo: “¿Acaso yo te pedí un hijo, mi Amo? ¿Acaso no te dije que no me engañaras?”

29 Él le dijo a Guejazí: “Ajústate la ropa (porque deberás ir corriendo), toma mi bastón en tu mano y vete. Si encontrases a alguien, no le saludes; y si alguien te saludase, no le respondas. Pon mi bastón sobre el rostro del muchacho”.

30 La madre del muchacho dijo: “¡Así como Hashem vive y así como tu alma vive, no me apartaré de ti!’’. Entonces él se levantó y la siguió.

31 Guejazí pasó delante de ellos y puso el bastón sobre el rostro del muchacho, pero no hubo voz ni señal (alguna a modo de respuesta). Éste volvió al encuentro (de Elishá) y le dijo: “¡No ha despertado el niño!”

32 Entonces llegó Elishá a la casa y resulta que el niño estaba muerto, tendido sobre su misma cama.

33 Entró, cerró la puerta tras ambos y oró a Hashem.

34 Subió a la cama, se acostó sobre el niño y puso su boca sobre la boca de él, sus ojos sobre los de él, sus manos sobre las de él. Se extendió sobre él y entró en calor la carne del niño.

35 Luego se bajó (de la cama) y anduvo por la casa, para acá y para allá. Luego subió (a la cama) y se tendió sobre él. Estornudó el muchacho siete veces. El muchacho abrió sus ojos.

36 (Elishá) llamó a Guejazí y le dijo: “Llama a la mujer shunamita”. La llamó y ella fue hacia él. Le dijo Elishá: “¡Levanta a tu hijo!”

37 Ella fue, cayó a sus pies y se prosternó a tierra. Tomó a su hijo y salió.


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