“En
el Comienzo”
Rabí
Jamauna el Venerable dijo: Encontramos aquí una inversión del orden de las
letras del Alfabeto, las primeras dos palabras Bereshit bará (“En el comienzo
El creó”) comenzando con Bet, mientras
las dos palabras siguientes, Elokim eth (“Dios el”) comienza con Alef. La razón
es como sigue:
Cuando
el Santo, Bendito Sea, estaba por hacer el mundo todas las letras del alfabeto
eran todavía embrionarias y durante dos mil años, el Santo, Bendito Sea, las ha
contemplado y jugado con ellas. Cuando llegó a crear el mundo, todas las letras
se presentaron ante El en orden inverso.
La
letra Tav se adelantó al frente y
pidió: Que Te plazca, oh Señor del mundo, colocarme de primera en la creación
del mundo, dado que soy la letra final de EmeT (“Verdad”) que está
grabada en Tu sello y dado que Tú eres llamado por ese Nombre Emet, es de lo
más apropiado para el Rey comenzar con la letra final de Emet y conmigo crear
el mundo.
El
Santo, Bendito Sea, le dijo: Eres digna y meritoria, pero no es adecuado que Yo
comience por ti la creación del mundo, dado que estás destinada a servir como
un signo en las frentes de los fieles, que han recibido la Ley de Alef hasta
Tav, y por la ausencia de este signo los demás serán matados y, además, tú
constituyes la conclusión de MaveT (“Muerte”). De ahí que no cabe contigo
iniciar la creación del mundo.
Entonces
la letra Shin se presentó y pidió:
Oh Señor del mundo, que te plazca comenzar por mí el mundo, pues soy la letra
inicial de Tu nombre Shadai (“Todopoderoso”), y es de lo más
adecuado crear el mundo mediante este Santo Nombre.
En
respuesta, El dijo: Eres digna, eres buena, eres verdadera, pero no puedo
comenzar por ti la creación del mundo, pues formas parte del grupo de letras
que expresan falsedad (Shéker), que no es capaz de existir a
menos que la Kof y la Resh te lleven en su compañía; de ahí es que una mentira
para ser creída debe siempre comenzar con algo verdadero. Pues la Shin es una
letra de verdad, esa letra por la cual los patriarcas tomaban con Dios, pero
Kof y Resh son letras que pertenecen al lado malo, que para permanecer firmes
se ligan a la Shin, formando así una conjura (Késher). Habiendo oído esto la Shin
partió.
Entra
la letra Tzadé y dice: Oh Señor del
mundo, que te plazca crear por mí el mundo, puesto que soy el signo de los Justos (Tzadikim) y de Ti mismo, que eres llamado Justo, como está escrito:
“Pues el Señor es Justo. El ama la justicia”, y por ello cuadra crear el mundo
por mí.
El
Señor le dio esta respuesta: Tzadé, tú eres Tzadé y significas justicia, pero
debes ser escondida, no has de salir a lo abierto mientras puedas dar al mundo
causa para ofensa. Pues tú consistes de la letra Nun llevando arriba la letra
Yod, que representan juntas los principios masculinos y femeninos. Y este es el
misterio de la creación del primer hombre, que fue creado con dos rostros,
masculino y femenino, combinados. De la misma manera la Nun y la Yod en el
Tzadé están dirigidas de espalda a espalda y no de rostro a rostro, ya sea que
la Tzadé esté dirigida hacia arriba o dada vuelta hacia abajo. El Santo,
Bendito Sea, le dijo luego: Oportunamente te dividiré en dos de modo de
aparecer rostro a rostro, pero tú ascenderás en otro lugar. Entonces partió.
La
letra PE se presentó y pidió así:
Que te plazca, oh Señor del mundo, crear a través mío el mundo, pues yo
significo redención y liberación (Purkaná, Pedut), que has de otorgar al mundo.
De ahí que por mí el mundo habría de ser creado.
El
Señor contestó: Tú eres digna, pero tú representas transgresión (Peschá) y, más
aún, estás formada como la serpiente que tiene su cabeza ensortijada en su
cuerpo, simbólica del hombre culpable que oculta su cabeza y extiende su mano.
La
letra Ayin fue igualmente rechazada
debido a que con ella empieza iniquidad (Avon), a pesar de su alegato de que
representa la humildad (Anavá).
Luego
apareció la Sámej y dijo: Oh Señor
del mundo, que te plazca crear a través mío el mundo pues represento el sostén
(Semijá) de los caídos, como está escrito: “El Señor sostiene a todos los
caídos”.
El
Señor le contestó: Esta es justamente la razón por la que has de permanecer en
tu sitio, y no has de abandonarlo, pues ¿cuál sería la suerte de los caídos al
ver que se hallan sostenidos por ti? Ella partió inmediatamente.
La Nun entró y alegó sus méritos como
siendo la letra inicial de “tremendo” (Norá) en alabanzas, así como “Hermosa,
en Nava, es la alabanza por los justos”.
El
Señor dijo: Oh Nun, retorna a tu sitio, pues es en consideración a ti, como
representante de los que caen (NOFELIM) que la Sámej volvió a su sitio.
Permanece,
por eso, bajo la protección de ella. La Nun volvió inmediatamente a su sitio.
La Mem apareció y dijo: Oh Señor del
mundo, que te plazca crear a través mío el
mundo, pues yo comienzo la palabra MELEJ (“Rey”) que es Tú título.
El
Señor replicó: Así es seguramente, pero no puedo emplearte en la creación del
mundo por la razón de que el mundo requiere un Rey; retorna por eso a tu lugar,
junto con la Lámed y la Kaf, dado que el mundo no puede existir sin Melej (“Rey”).
En
ese momento la Kaf descendió de su
trono de gloria y estremecida y temblorosa dijo: Oh Señor del Universo, que te
plazca comenzar a través mío la creación del mundo, pues soy tu propio KABOD
(“Honor”). Y cuando Kaf descendió de su trono de gloria, comenzaron a sacudirse
doscientas mil palabras, el trono tembló y todos los mundos se estremecieron y
estaban a punto de caer en la ruina.
El
Santo, Bendito Sea Su Nombre, le dijo: Kaf, Kaf, ¿qué haces aquí? No crearé el
mundo contigo; retorna a tu lugar, pues estás por el exterminio (Kelayá).
Retorna,
pues, a tu lugar y permanece allí. Inmediatamente ella partió y volvió a su
propio sitio.
La
letra Yod se presentó entonces y
dijo: Que Te plazca, oh Señor, otorgarme el primer puesto en la creación del
mundo, porque yo estoy como primera en el Sagrado Nombre.
El
Señor le dijo: Es suficiente para ti el que te hayas grabado y marcado en Mí
mismo y que seas el conducto de Mí voluntad; no has de ser separada de Mi
nombre.
La Tet vino entonces y dijo: Oh, Señor del
Universo, que te plazca colocarme a la cabeza en la creación del mundo, pues a
través mío eres llamado Bueno (Tov) y recto.
El
Señor le dijo: No crearé el mundo a través tuyo, porque la bondad que tú
representas está escondida y guardada dentro de ti mismo, como está escrito: “¡Cuán
grande es Tú bondad que has guardado los que Te temen”.
Desde entonces está atesorada en ti misma, no tiene parte en el mundo que Yo
estoy por crear, pues solamente se halla en el mundo por venir. Y luego, es a causa
de que tu bondad está escondida dentro de ti que las puertas del Templo están
hundidas en el suelo, como está escrito: “Hundidas (Tabe) en tierra están sus
puertas”.
Y
además, la letra Jet está a tu lado,
y cuando se juntan forman pecado (Jet). Por eso estas dos letras no se
encuentran en el nombre de ninguna de las Tribus. Ella partió inmediatamente.
Entonces
la Zayin se presentó y expuso su
pretensión, diciendo: Oh, Señor del mundo, que te plazca ponerme a la cabeza de
la creación, pues yo represento la observancia del Shabat como está escrito.
“Recuerda (Zajor) el día del Shabat para santificarlo”.
El
Señor replicó: No crearé el mundo a través tuyo, pues tú representas la guerra,
porque tu forma es como una espada puntiaguda o una lanza. La Zayin partió
inmediatamente de su presencia.
La Vav entró y expuso sus pretensiones
diciendo: Oh, Señor del mundo, que te plazca emplearme primera en la creación
del mundo, pues yo soy una de las letras de Tu Nombre.
El
Señor le dijo: A ti, Vav, como a la Hé, que os baste con ser de las letras de
Mi Nombre, grabadas e impresas en Mi nombre. Por eso no os daré lugar primero
en la creación del mundo.
Entonces
apareció la letra Daled, y también
la letra Guimel y presentaron sus
reclamos.
El
Señor les dio una respuesta parecida diciendo: Ha de bastaros con permanecer
juntas, la una al lado de la otra, “porque no dejará de haber menesterosos en
la tierra”, que así necesitarán de benevolencia. Pues la Daled significa
pobreza (Dalut) y la Guímel significa benevolencia (Guemul). Por eso no os
separéis la una de la otra y que os baste con sosteneros recíprocamente.
Entonces
entró la Bet y dijo: Oh Señor del
mundo, que te plazca ponerme primera en la creación del mundo, pues yo
represento las bendiciones (Berajot) ofrecidas a Ti, en lo alto y abajo.
El
Santo, Bendito Sea, le dijo: Seguramente contigo crearé el mundo y tú formarás
el comienzo en la creación del mundo.
La
letra Alef permaneció en su sitio
sin presentarse.
Dijo
el Santo, Bendito Sea Su Nombre: Alef, Alef, ¿por qué no vienes tú delante de
Mí como las demás letras?
Ella
contestó: Porque veo a todas las otras letras abandonando tu presencia sin
éxito alguno. ¿Qué puedo, entonces, lograr yo? Y, además, desde que Tú has
dotado a la letra Bet con este gran don, no es adecuado para el Rey Supremo
retirar el don que ya ha hecho a Su servidora y otorgarlo a otra.
El
Señor le dijo: Alef, Alef, aunque comenzaré la creación del mundo con la Bet,
tú serás la primera de las letras. Mi unidad sólo se expresará a través tuyo,
sobre ti se basarán todos los cálculos y operaciones del mundo, y la unidad
solamente se expresará por la letra Alef.
Entonces
el Santo, Bendito Sea Su Nombre, hizo letras del mundo superior de un modelo
grande y letras del mundo inferior de un modelo pequeño. Por eso tenemos dos
palabras que comienzan con Bet (Bereshit bará) y luego dos palabras que
comienzan con Alef (Elokim Et). Ellas representan las letras del mundo superior
y las letras del mundo inferior, las cuales dos operan arriba y abajo, juntas y
como una.
Tomado del "Libro del Esplendor".
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