viernes, 1 de marzo de 2013

Bereshit (Génesis) CAPITULO 8. Comentado.


Bereshit (Génesis) CAPITULO 8. Parasha Noaj.

Las aguas del diluvio ceden.

1 Elokim se acordó de Noaj, de todo animal y de toda bestia que estaban con él en el arca, e hizo pasar Elokim un viento (lit.: «espíritu», espíritu de consuelo) sobre la tierra y se calmaron las aguas.

2 Se cerraron las fuentes del abismo y las ventanas de los cielos. Entonces cesó la lluvia del cielo.

3 Las aguas cedieron de sobre la tierra, retirándose continuamente. Las aguas disminuyeron al cabo de 150 días.

4 A los 17 días del 7º mes, el arca se posó sobre las montañas de Ararat. (Dice Rashi, el 7º mes es Sivan, que es el 7º contando desde Kislev, mes en el que cesaron las lluvias.

5 Las aguas continuaron disminuyendo hasta el 10º mes. El primer día del 10º mes se vieron las cumbres de las montañas.

6 Al cabo de 40 días Noaj abrió la ventana del arca que había hecho.

7 Y envió al cuervo, que salió y volvió, hasta que se secaron las aguas de sobre la tierra. (Rashi interpreta «salió y volvió» en el sentido de que el cuervo, en lugar de cumplir su misión, se quedó sobrevolando el arca hasta que se secaron las aguas porque sospechaba que Noaj le quitaría su pareja ya que antes del diluvio los humanos se casaban con los animales por eso vino el castigo).

8 (Entonces) envió también a la paloma, para evaluar si habían decrecido las aguas de sobre la superficie de la tierra.

9 Pero la paloma no encontró descanso para sus patas, por lo que retornó hacia él, al arca, pues las aguas cubrían la superficie de toda la tierra. Entonces (Noaj) estiró su mano, la tomó y la introdujo consigo en el arca.

10 Esperó otros siete días y volvió a enviar a la paloma desde el arca.

11 La paloma retornó hacia él al atardecer, ¡y resulta que desgarró una hoja de olivo con su pico! Así supo Noaj que habían disminuido las aguas de sobre la tierra (por eso la paloma con el olivo simboliza la paz).

12 Esperó aún otros siete días y envió a la paloma, que ya no retornó más hacia él.

13 En el año 601 (de la vida de Noaj), en el primer mes (el mes de Tishrei, en opinión de Rabi Eliezer), el primer día del mes, se secaron las aguas de sobre la tierra. Entonces Noaj retiró la cubierta del arca, miró, ¡y resulta que se secó la superficie de la tierra!

14 Y a los 27 días del 2º mes la tierra quedó (completamente) seca. Fin del diluvio: saliendo del arca

15 Elokim le habló a Noaj, diciéndole:

16 “Sale del arca tú y tu esposa, tus hijos y las esposas de tus hijos contigo.

17 Haz salir contigo todas las criaturas vivientes de todo ser: los seres voladores, animales y todos los que andan arrastrándose sobre la tierra. Que se reproduzcan abundantemente en la tierra, que procreen y se multipliquen sobre la tierra.”

18 (Entonces) salió Noaj, y con él sus hijos, su esposa y las esposas de sus hijos,

19 todo ser viviente, todo ser que anda arrastrándose, todo ser volador y todo lo que se mueve sobre la tierra, salieron del arca de acuerdo a sus especies. (Ver. Gén. 6:20).

20 Noaj erigió un altar a Hashem (en el Monte Moriá en donde es Jerusalem) y tomó (ejemplares) de todo animal puro y de toda ave pura, y ofreció ofrendas sobre el altar.

21 Sintió Hashem el aroma placentero y dijo Hashem en Su corazón: “No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque la inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud. Ni tampoco volveré a castigar a todo ser viviente, como hice.

22  Mientras perdure la tierra; siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche no cesarán.” (Que Hashem prometa que no volverán a cesar implica que durante el diluvio sí cesaron, durante el diluvio los astros celestes interrumpieron sus funciones y no se podía distinguir el día de la noche pues todo estaba muy nublado).

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