viernes, 29 de marzo de 2013

Interpretación de los Hechos de los Apóstoles 16.


Hechos 16.

El Talmid (Discípulo) Timoteo se une al Rabino Shaulo y al Rabino Silas.

01 Llegó el Rabino Shaulo a Derbe y después a Listra, donde se encontró con un Talmid Jajam (discípulo del Sabio) llamado Timoteo, hijo de una mujer Judía creyente en Yeshua, pero de padre griego.

02 Los hermanos Rabinos en Listra y en Iconio hablaban bien del Talmid (Discípulo) Timoteo,

03 así que el Rabino Shaulo decidió llevárselo. Por causa de los hermanos Judíos que vivían en aquella región, como Rabino Mohel (cirujano) que también el Rabino Shaulo lo era lo circuncidó, pues todos sabían que su padre era griego y como se sabe, la que da la Identidad Judía es nuestra Madre.

04 Al pasar por las ciudades, entregaban los acuerdos tomados por los Rabinos Enviados y de los Bet Den Gadol Mashiaj (Juzgado Mayor Mesiánico) de Jerusalén, para que los  Guerim (No Judíos Creyentes) pusieran en práctica.

05 Y así las Asambleas Guerim (No Judías) se fortalecían en la fe en Adonai y a la vez Mesiánica del Rabino Yeshua, y crecían en número día tras día.

La visión del Rabino Shaulo del hombre macedonio.

06 Atravesaron la región de Frigia y Galacia, ya que el Espíritu Santo en el Rabino Yeshua les había impedido que predicaran la palabra en la provincia de Asia.

07 Cuando llegaron cerca de Misia, intentaron pasar a Bitinia, pero el Espíritu del Rabino Yeshua no se lo permitió. El Rabino Yeshua era el que nos hablaba y nos Guiaba desde la Nube de Gloria en la cual Él había sido levantado y puesto a la diestra de Adonai  Padre.

08 Entonces, pasando de largo por Misia, bajaron a Troas.

09 Durante la noche el Rabino Shaulo tuvo una visión de parte de Adonai en la que un hombre de Macedonia, puesto de pie, le rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos comprender al verdadero Dios de Israel.»

10 Después de que el Rabino Shaulo tuvo la visión, en seguida nos preparamos para partir hacia Macedonia, convencidos de que Adonai nos había llamado a anunciar el Llamado al Arrepentimiento de Adonai a los habitantes macedonios. Fue aquí que yo Hilel (Lucas) como Rabino y Levita me les uní a ellos

La aceptación de Lidia en Filipos.

11 Zarpando de Troas, navegamos directamente a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis.

12 De allí fuimos a Filipos, que es una colonia romana y la ciudad principal de ese distrito de Macedonia. En esa ciudad nos quedamos varios días.

13 El Shabat salimos a las afueras de la ciudad, y fuimos por la orilla del río, donde esperábamos encontrar una Bet Tefila (Casa de Oración). Nos sentamos y nos pusimos a conversar con las mujeres que se habían reunido.

14 Una de ellas, que se llamaba Lidia, adoraba a Adonai. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas de púrpura. Mientras escuchaba,  Adonai le abrió el corazón para que respondiera y creyera al mensaje del Rabino Shaulo.

15 Cuando hizo el Tevilá (Baño Purificador) con su familia, nos hizo la siguiente invitación: «Si ustedes me consideran creyente en Adonai, vengan a hospedarse en mi casa.» Y nos convenció.

Los 2 Rabinos Shaulo y Silas en la cárcel.

16 Una vez, cuando íbamos a la Bet Tefila (Casa de Oración), nos salió al encuentro una joven esclava que tenía un espíritu de adivinación ya que era médium. Con sus poderes ganaba mucho dinero para sus amos.

17 Nos seguía Al Rabino Shaulo y a nosotros, gritando: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, y les anuncian a ustedes el camino de salvación.

18 Así continuó durante muchos días. Por fin el Rabino Shaulo se molestó tanto que se volvió y reprendió al espíritu: ¡En el nombre de los méritos del Rabino Yeshua el Mesías, te ordeno que salgas de ella! Y en aquel mismo momento el espíritu la dejó.

19 Cuando los amos de la joven se dieron cuenta de que se les había esfumado la esperanza de ganar dinero, echaron mano al Rabino Shaulo y al Rabino Silas y los arrastraron a la plaza, ante las autoridades romanas.

20 Los presentaron ante los magistrados romanos y dijeron: Estos hombres son Judíos, y están alborotando a nuestra ciudad,

21 enseñando costumbres que a los romanos se nos prohíbe admitir o practicar pues Roma había tenido muchos conflictos con ellos.

22 Entonces la multitud se amotinó contra el Rabino Shaulo y el Rabino Silas, y los magistrados romanos mandaron que les arrancaran la ropa y los azotaran en la forma romana.

23 Después de darles muchos golpes, los echaron en la cárcel, y ordenaron al carcelero que los custodiara con la mayor seguridad.

24 Al recibir tal orden, éste los metió en el calabozo interior y les sujetó los pies en el cepo.

25 A eso de la medianoche, los dos Rabinos Shaulo y Silas se pusieron a orar hacia Jerusalén y a cantar Tehilim (Salmos) a Adonai, y los otros presos los escuchaban.

26 De repente se produjo un terremoto tan fuerte pues la Shejina (Presencia Divina) se poso arriba de la cárcel, que hasta la misma cárcel se estremeció hasta sus cimientos. Al instante se abrieron todas las puertas y a los presos se les soltaron las cadenas.

27 El carcelero romano despertó y, al ver las puertas de la cárcel de par en par, sacó la espada y estuvo a punto de matarse pues prefería la muerte que a la tortura romana que recibiría, porque pensaba que los presos se habían escapado. Pero el Rabino Shaulo le gritó:

28 ¡No te hagas ningún daño! ¡Todos estamos aquí!

29 El carcelero romano pidió luz a un soldado romano, entró precipitadamente y se echó temblando a los pies del Rabino Shaulo y del Rabino Silas.

30 Luego los sacó y les preguntó: Señores, ¿qué tengo que hacer para ser salvo del castigo romano y librarme de la condena?

31 Cree en la Enseñanza del Señor Yeshua; así tú y tu familia serán salvos del castigo a Roma y librados del paganismo le contestaron.

32 Luego les expusieron la palabra de Adonai a él y a todos los demás que estaban en su casa.

33 A esas horas de la noche, el carcelero romano se los llevó y les lavó las heridas; en seguida hicieron el Tevilá (Baño Purificador) él y toda su familia ingresando así a la Yeshiva (Escuela) del Rabino Yeshua.

34 El carcelero romano los llevó a su casa, les sirvió comida y se alegró mucho junto con toda su familia por haber creído en el Dios de Israel Adonai.

35 Al amanecer ya cuando habían regresado los Rabinos Shaulo y Silas a la carcel, los magistrados romanos mandaron a unos guardias al carcelero con esta orden: «Suelta a esos hombres pues no tienen delito de ser verdaderos guerrilleros alborotadores Judíos.»

36 El carcelero romano, entonces, le informó al Rabino Shaulo: Los magistrados romanos han ordenado que los suelte. Así que pueden irse. Vayan en paz.

37 Pero el Rabino Shaulo respondió a los guardias romanos: ¿Cómo? A nosotros, que somos ciudadanos romanos, que nos han azotado públicamente y sin proceso alguno, y nos han echado en la cárcel, ¿ahora quieren expulsarnos a escondidas? ¡Nada de eso! Que vengan ellos personalmente a escoltarnos hasta la salida.

38 Los guardias romanos comunicaron la respuesta a los magistrados romanos. Éstos se asustaron cuando oyeron que el Rabino Shaulo y el Rabino Silas eran ciudadanos romanos, pues el ciudadano romano tiene garantías mayores ante el Imperio y ante su Emperador  el Cesar.

39 así que los magistrados fueron a presentarles sus disculpas. Los escoltaron desde la cárcel, pidiéndoles de favor que se fueran de la ciudad.

40 Al salir de la cárcel, el Rabino Shaulo  y el Rabino Silas se fueron y se dirigieron a la casa de Lidia, donde se vieron con los hermanos y los animaron. Después se fueron de ahí.

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