jueves, 25 de abril de 2013

Bereshit (Génesis) 18 Comentado.


Bereshit (Génesis) Capitulo 18.

COMIENZA PARSHAT VAIERÁ

Visitando al convaleciente - Anuncio del nacimiento de Itzjak

1 Hashem se le reveló (a Abraham) en las planicies de Mamré, estando él sentado a la entrada de la tienda, al calor del día. (Este era el tercer día de la circuncisión, y a pesar de su dolor y del calor sofocante, Abraham estaba allí sentado procurando invitar huéspedes a su casa, como siempre lo hacía era la bondad en esencia. Hashem hizo que fuera un día sumamente caluroso para que la gente no saliera al desierto y así evitarle a Abraham la molestia de atenderlos, pues estaba muy dolorido por la circuncisión. Pero cuando Hashem notó que Abraham estaba más afligido por no haber gente a la que atender que por su dolor físico, envió a los tres ángeles para que los recibiera y se sintiera a gusto).

2 Alzó sus ojos y vio que tres hombres estaban parados frente a él. Cuando los vio, corrió a su encuentro desde la puerta de su tienda, se inclinó hacia la tierra

3 y dijo “¡Señores míos!”, (y luego, dirigiéndose al líder de ellos, dijo: “señor mío”), si he hallado gracia a tus ojos, por favor (quédate aquí,) no pases sobre tu sirviente.

4 Por favor, les será servido un poco de agua. Laven sus pies y descansen bajo el árbol.

5 Traeré pan para que sustenten su corazón y después continuarán su camino, pues por esto han pasado Uds. frente a (mi casa, la casa de) su servidor”. Ellos respondieron: “Sí, haz como has dicho.” (Ese día era Pesaj o víspera de Pesaj, de modo que «pan» debe entenderse en el sentido de Matza, el pan ácimo típico de dicha Festividad.)

6 Abraham fue rápido a la tienda de Sará y le dijo: “Rápido, (toma) tres seá (medida de capacidad) de harina y harina fina, amásala y haz panes redondos” (la Matza elaborada a mano es redonda como un panqueque.)

7 Mientras, Abraham corrió hacia el ganado, tomó un ternero tierno y seleccionado y se lo entregó al joven, que se apresuró en prepararlo. (Tomó tres terneros, y el joven los faenó. El joven era su hijo Ishmael. Abraham le delegó la tarea a él para introducirlo en el sendero de las buenas acciones).

8 Entonces tomó crema, leche y el ternero (los terneros) que había preparado, y se los sirvió. (Se los iba sirviendo a medida que los iba preparando, para que no tuvieran que esperar. A cada uno le dio para elegir carne o lácteos, pero no ambos, pues de acuerdo a las normas Kosher está prohibido mezclar carne con leche y derivados.) Y se quedó de pie junto a ellos, debajo del árbol, y ellos comieron. (Como eran ángeles, en verdad hicieron como que comieron, pues los ángeles no comen y ellos no querían defraudar a Abraham. Este hecho nos transmite una importante regla de cortesía: Respetar siempre las costumbres del lugar).

9 Le preguntaron a él: “¿Dónde está tu esposa Sará?”, y él respondió: “Ahí, en la tienda”.

10 Entonces dijo (uno de los tres ángeles): “Volveré a ti (el próximo año) para esta fecha. Y Tu esposa Sará tendrá un hijo” (el ángel le augura a Abraham el nacimiento de su hijo Itzjak, que tendría lugar en Pesaj del año siguiente.) Sará estaba escuchando detrás de la puerta de la tienda, que estaba detrás de él (detrás del ángel).

11 Abraham y Sará (aparentemente) eran ancianos, (solo eran) avanzados en años (se veían de 30). Sará no tenía más el período femenino.

12 Sará rió en su interior (vio su cuerpo que ya no tenía su periodo) y dijo: “¿Después de haber envejecido (en edad pero no en lo físico) tendré (aún) piel lozana? ¡Y también mi esposo es (en edad un) anciano!”

13 Hashem le preguntó a Abraham: “¿Por qué rió Sará incrédulamente, diciendo: ‘¿Cómo voy a dar a luz si ya he envejecido?’. (En verdad, en el vers. 12, Sará dijo “Mi esposo es anciano. Pero para evitar una disputa familiar, Hashem -al hablar con Abraham- cambió las palabras).

14 ¿Acaso hay algo que escape (al control) de Hashem? ¡En el plazo establecido volveré a ti, (el año próximo) para esta fecha, y Sará tendrá un hijo!”

15 Sará estaba temerosa y lo negó: “No reí”, alegó. Pero Él respondió: “No es así, sino reíste.”

16 Se levantaron de allí los ángeles y miraron hacia Sedom (Sodoma. La observaron para destruirla.) Abraham caminó con ellos para acompañarlos.

Hashem decide la destrucción de Sodoma y Gomorra.

17 Dijo Hashem: “¿Cómo he de ocultar a Abraham lo que he de hacer?

18 ya que Abraham, en efecto, se convertirá en poderosa y gran nación, y a través de él serán bendecidas todas las naciones de la tierra (Gén 12:3),

19 Pues (siempre) lo he amado porque él ordena a sus hijos y a su descendencia que conserven el camino de Hashem haciendo caridad y justicia, de modo que Hashem le dé a Abraham todo lo que le prometiera.”

20 Dijo Hashem (a Abraham): “Puesto que el clamor contra Sedom y Amorá (Gomorra) es grande y su pecado es tan grave,

21 descenderé ahora y veré si han hecho todo lo implicado en el clamor que llegó a Mí. ¡(Entonces habrá) destrucción! Y si no, ya sabré (qué hacer. Si continúan en su rebeldía los destruiré. De lo contrario, los castigaré aunque sin destruirlos.) (¿Pero acaso Hashem necesita «descender» para verificar un hecho? Más bien, este versículo es una indicación a los jueces del fuero penal de que deben inhibirse de sentenciar a un acusado a la pena capital sino hasta haber descendido bien al fondo de la cuestión; léase, hasta haber comprendido cabalmente el caso. Nunca juzgues hasta no tener un conocimiento minucioso del hecho a juzgar.)

22 Los hombres (o sea los ángeles) se apartaron de allí (del lugar al cual Abraham los había acompañado) y se encaminaron hacia Sedom, mientras Abraham estaba aún parado ante Hashem.

23 Abraham se acercó y dijo: “¿Así que destruirás al justo con el malvado?

24 Quizás haya 50 justos dentro de la ciudad, ¿igualmente la destruirías y no perdonarías al lugar en virtud de los 50 justos que pudiera haber allí?

25 ¡Sería sacrilegio para Ti hacer una cosa como ésta, que hagas morir al justo con el malvado y que el justo sea tratado como el malvado! ¡Sería sacrilegio para Ti! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no ha de hacer justicia?”

26 Dijo Hashem: “Si hallase en Sedom 50 virtuosos dentro de la ciudad, perdonaré a todo el lugar por ellos.”

27 Respondió (Abraham) y dijo: “Me dispongo a hablarle a mi Amo, aunque soy sólo polvo y ceniza:

28 quizás, de los 50 virtuosos falten 5; ¿destruirás por causa de 5 a toda la ciudad?” Y respondió: “No la destruiré si hallo allí 45”.

29 (Abraham) continuó hablándole a Él. Le dijo: “¿Quizás haya allí 40?” Y Él respondió: “(Entonces) no lo haré, en consideración a los 40”.

30 Dijo (Abraham): “Por favor, no se enoje mi Amo y continuaré argumentando: “¿Quizá haya allí (sólo) 30 (virtuosos)?” Y Él dijo: “No lo haré (no la destruiré) si hallo allí 30”.

31 Y dijo: “¡Quiero exponer ante mi Amo! ¿Quizás haya allí (sólo) 20?” Y respondió: “No la destruiré, en consideración de los 20”

32 Y dijo: “Que no se enoje mi Amo, hablaré sólo una vez más. ¿Quizá haya allí (sólo) 10?” Y respondió: “No la destruiré, en consideración de los 10”.

33 Hashem se retiró cuando terminó de hablar con Abraham. Y Abraham volvió a su lugar. (Abraham acababa de tomar conocimiento de que no había allí 10 justos. Y por menos ya no tenía sentido pedir misericordia, pues en la generación del diluvio había 8 justos -Nóaj y sus hijos- y no alcanzaron para salvar a la generación. Y por nueve justos asociados con Hashem ya había pedido, y tampoco fue suficiente).

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