sábado, 20 de abril de 2013

Interpretación de Los Hechos de los Apóstoles 21.


Hechos 21.

Rumbo a Jerusalén.

01 Después de separarnos de ellos, zarpamos y navegamos directamente a Cos. Al día siguiente fuimos a Rodas, y de allí a Pátara.

02 Como encontramos un barco que iba para Fenicia, subimos a bordo y zarpamos.

03 Después de avistar Chipre y de pasar al sur de la isla, navegamos hacia Siria y llegamos a Tiro, donde el barco tenía que descargar.

04 Allí encontramos a los Talmidim (Discípulos) y nos quedamos con ellos siete días. Ellos, por medio del Espíritu del Eterno, exhortaron al Rabino Shaulo a que no subiera a Jerusalén.

05 Pero al cabo de algunos días, partimos y continuamos nuestro viaje. Todos los Talmidim (Discípulos) de su Yeshiva (Escuela Superior Mesiánica), incluso las mujeres y los niños, nos acompañaron hasta las afueras de la ciudad, y allí en la playa nos arrodillamos y oramos hacia Jerusalén.

06 Luego de despedirnos, subimos a bordo y ellos regresaron a sus hogares.

07 Nosotros continuamos nuestro viaje en barco desde Tiro y arribamos a Tolemaida, donde saludamos a los hermanos y nos quedamos con ellos un día.

08 Al día siguiente salimos y llegamos a Cesárea, y nos hospedamos en casa de Felipe el que hace el Llamado de Adonai al Arrepentimiento, que era uno de los siete Rabinos en Asistencia Social nombrados en Jerusalén;

09 éste tenía cuatro hijas solteras que Predicaban a las mujeres tal y como lo hacía Sara en su Casa.

10 Llevábamos allí varios días, cuando bajó de Yehudá (Judea) un Predicador llamado Ágabo.

11 Éste vino a vernos y, tomando el cinturón del Rabino Shaulo, se ató con él de pies y manos, y dijo: Así dice el Espíritu Santo: "De esta manera atarán los Judíos del Rabino Shamai en Jerusalén al dueño de este cinturón, y lo entregarán en manos de los gentiles romanos."

12 Al oír esto, nosotros y los de aquel lugar le rogamos al Rabino Shaulo que no subiera a Jerusalén.

13 ¿Por qué lloran? ¡Me parten el alma! respondió el Rabino Shaulo. Por el nombre de la Yeshiva (Escuela Superior Mesiánica) del Señor Yeshua estoy dispuesto no sólo a ser atado sino también a morir en Jerusalén.

14 Como no se dejaba convencer, desistimos exclamando: ¡Que se haga la voluntad de Adonai!

15 Después de esto, acabamos los preparativos y subimos a Jerusalén.

16 Algunos de los Talmidim (Discípulos) de Cesárea nos acompañaron y nos llevaron a la casa del Rabino Mansón, donde íbamos a alojarnos. Éste era de Chipre, y fue uno de los primeros Talmidim (Discípulos) del Rabino Shaulo.

Llegada del Rabino Shaulo a Jerusalén.

17 Cuando llegamos a Jerusalén, los creyentes nos recibieron calurosamente.

18 Al día siguiente el Rabino Shaulo fue con nosotros a ver a Yaakov hermano de Yeshua siendo el Nasi (Príncipe) y Elohim (Juez) de la Tribu de Judá (Yehudá) por parte de su padre Yosef y Cohen Gadol (Sumo Sacerdote) por parte de Miriam su Madre, y todos los Levitas del Bet Din Gadol (Juzgado Mayor Mesiánico) verdadero estaban presentes.

19 Después de saludarlos, el Rabino Shaulo les relató detalladamente en un informe a ellos los Verdaderos Lideres de Jerusalén lo que Adonai había hecho entre los Guerim (No Judíos) por medio de su Rabinato.

20 Al oírlo, alabaron a Adonai. Luego le dijeron al Rabino Shaulo: «Ya ves, hermano, cuántos miles de Judíos han creído, y todos ellos siguen aferrados a la Tora, es decir no se les quito el Servicio de la Bet Hamidrash (Casa de Estudio) pero ahora en la Enseñanza Mesiánica.

21 Ahora bien, han oído decir que tú enseñas que se aparten de Moshe y se vayan a Noaj (Noé), pero sabemos que lo dices a todos los Judíos que viven en matrimonio mixto con las Guerim (No Judías). Les recomiendas que no circunciden a sus hijos ni vivan según nuestras costumbres Judías, pues sus hijos No son Judíos de madre y eso es verdad, pero ellos los del Rabino Shamai dicen falsedades de ti.

22 ¿Qué vamos a hacer? Sin duda los Rabinos del Rabino Shamai se van a enterar de que has llegado.

23 Por eso, será mejor que sigas nuestro consejo. Hay aquí entre nosotros cuatro hombres que tienen que cumplir un voto de tzaraat (manchas blancas).

24 Llévatelos, toma parte en sus ritos de purificación según los Rabinos saduceos y paga los gastos que corresponden al voto de rasurarse la cabeza. Así todos sabrán que no son ciertos esos informes acerca de ti, sino que tú también vives en obediencia a la Tora de Moshe.

25 En cuanto a los creyentes Guerim (No Judíos), ya les hemos comunicado por escrito nuestra decisión de que cumplan con los 7 Mandamientos que Adonai dio a Noaj (Noé) esto es que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de la carne de animales estrangulados y de la inmoralidad sexual.»

26 Al día siguiente el Rabino Shaulo se llevó a los hombres e hizo la Purificación con ellos de tzaraat (manchas blancas). Luego entró en el Patio de Templo de Jerusalén para dar aviso de la fecha en que vencería el plazo de la purificación y se haría la ofrenda de gratitud por cada uno de ellos.

Arresto del Rabino Shaulo.

27 Cuando estaban a punto de cumplirse los siete días de la purificación de tzaraat (manchas blancas), unos Judíos del Rabino Shamai de la provincia de Asia vieron al Rabino Shaulo en el Patio del Templo. Alborotaron a toda la multitud y le echaron mano,

28 gritando: «¡Israelitas! ¡Ayúdennos! Éste es el individuo que anda por todas partes enseñando a toda la gente contra nuestro pueblo, nuestra Tora y este Lugar. Además, hasta ha metido a unos Guerim (No Judíos) griegos en el Patio del Templo, y ha profanado este lugar santo.»

29 Ya antes habían visto en la ciudad a Trófimo el efesio en compañía del Rabino Shaulo, y suponían que el Rabino Shaulo lo había metido en el Patio del Templo que es reservado a los varones Judíos.

30 Toda la ciudad se alborotó. La gente se precipitó en masa, agarró al Rabino Shaulo y lo sacó del Patio del Templo a rastras, e inmediatamente se cerraron las puertas.

31 Estaban por matarlo según la Tora que ellos los falsos lideres aplicaban, cuando se le informó al comandante del batallón romano que toda la ciudad de Jerusalén estaba amotinada.

32 En seguida tomó algunos centuriones con sus tropas, y bajó corriendo hacia la multitud. Al ver al comandante y a sus soldados, los amotinados Judíos del Rabino Shamai dejaron de golpear al Rabino Shaulo.

33 El comandante romano se abrió paso, lo arrestó y ordenó que lo sujetaran con dos cadenas. Luego preguntó quién era y qué había hecho.

34 Entre la multitud cada uno gritaba una cosa distinta. Como el comandante no pudo averiguar la verdad a causa del alboroto, mandó que condujeran al Rabino Shaulo al cuartel.

35 Cuando el Rabino Shaulo llegó a las gradas, los soldados tuvieron que llevárselo en vilo debido a la violencia de la turba.

36 El pueblo en masa iba detrás gritando: « ¡Que lo maten!»

El Rabino Shaulo se dirige a la multitud.

37 Cuando los soldados estaban a punto de meterlo en el cuartel, el Rabino Shaulo le preguntó al comandante: ¿Me permite decirle algo? ¿Hablas griego? replicó el comandante.

38 ¿No eres el Judío egipcio que hace algún tiempo provocó una rebelión contra Roma y llevó al desierto a cuatro mil guerrilleros?

39 No, yo soy Judío, natural de Tarso, una ciudad muy importante de Cilicia y del Imperio romano le respondió el Rabino Shaulo. Por favor, permítame hablarle al pueblo.

40 Con el permiso del comandante romano, el Rabino Shaulo se puso de pie en las gradas e hizo una señal con la mano a la multitud. Cuando todos guardaron silencio, les dijo en Hebreo:

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