domingo, 13 de enero de 2013

Bereshit (Génesis) 1 Comentado


BERESHIT (Génesis)

PARASHA  BERESHIT.

COMENTADA.

CAPÍTULO 1.

Más allá de cualquier otra consideración, la Torá es fundamentalmente el Libro que le revela al hombre la Voluntad de Hashem, qué debe hacer y cómo debe hacerlo. Era de esperar, entonces, que Hashem comenzara la Torá con la especificación de algún precepto, por ejemplo el precepto de establecer y calcular el calendario, que fue el primer precepto que se ordenara a los israelitas como nación constituida. ¿Y por qué entonces comienza con la historia de la creación? Para resaltar el rol de Hashem como Amo del universo. Hashem creó el mundo y distribuyó las tierras a los diferentes pueblos a Su voluntad, para que ninguna nación pudiese discutir el derecho de los israelitas a habitar en su propia tierra, la Tierra de Israel, que Hashem les entregó como su propiedad eterna.

La Creación – Primer Día.

1 En el principio de la creación, al crear Elokim el cielo y la tierra

2 cuando la tierra estaba caótica y desolada, con la oscuridad cubriendo la superficie del abismo y el Espíritu de Elokim cerniéndose sobre la superficie de las aguas

3 dijo Elokim: “Haya luz”, y hubo luz.  (Ya desde su principio la Torá plantea el objetivo de la creación: Que haya luz; que con tu luz ilumines la oscuridad de la materia.) (La primera frase de Bereshit suele traducirse como “al comienzo creó Elokim cielo y tierra”, lo que vendría a establecer el orden cronológico de la creación: primero el cielo, luego la tierra. Sin embargo, Rashi menciona que esa interpretación no se ajusta a la gramática hebrea; y por ende el versículo de ningún modo plantea un orden secuencial. Esta traducción se adapta al planteo de Rashi). (Que cielo antecede a tierra es un indicador de que en la interacción espíritu – materia lo primordial son los valores espirituales, aquellos que dan un sentido real a tu existencia).

4 Vio Elokim que la luz era buena y separó Elokim la luz de la oscuridad. (Elokim separó y reservó la luz para deleite de los virtuosos en el Mundo Venidero)

5 Llamó Elokim a la luz “día” y a la oscuridad llamó “noche”. Fue el anochecer y fue la mañana, un día. (En los otros días de la creación dice: “Segundo día”, “tercer día”, etc. Respetando la forma gramatical también aquí debió haber dicho “primer día”. Sin embargo dice “un día” para resaltar que hasta aquí Hashem estaba solo, era Uno. Pues los ángeles fueron creados recién al segundo día). (“Fue el anochecer y fue la mañana” es el fundamento del calendario hebreo, en el que el día no comienza por la mañana, sino al atardecer de la víspera).

Segundo Día.

6 Dijo Elokim: “Que se solidifique (lit.: “que haya”) el firmamento (-la atmósfera-) en medio de las aguas, que separe las aguas (superiores) de las aguas (inferiores).” (El cielo –al igual que todas las cosas- ya fue creado en el primer día, ahora sólo le faltaba solidificarse).

7 Hizo Elokim el firmamento y separó las aguas que estaban debajo del firmamento de las aguas que estaban por sobre el firmamento, y fue así.

8 Elokim llamó al firmamento “cielos”. Fue el anochecer y fue la mañana, (fin del) segundo día. (“Cielo”, en hebreo, es shamáim, contracción de las voces esh -fuego- y máim -agua-, significando que el cielo está compuesto de la antítesis de ambos elementos. La unión de los opuestos es de un poder tal, capaz de dar lugar a la más elevada de todas las cosas: el cielo. Unir y armonizar los opuestos, allí radica el sentido de la vida).

Tercer Día.

9 Dijo Elokim: “Que las aguas por debajo del cielo se junten en un área y que aparezca la tierra seca”. Y fue así.

10 Elokim llamó a lo seco “tierra”, y al conjunto de las aguas llamó “mares”. Elokim vio que era bueno.

11Dijo Elokim: “Que la tierra produzca vegetación: herbaje con semillas, árbol fruto que produzca frutos de su misma especie (o sea, que el árbol mismo tenga gusto a fruto, y a su vez que produzca frutos), cuya semilla esté en él; (que haya eso) en la tierra”. Y fue así.

12 Entonces la tierra produjo vegetación, herbaje que da semillas según su especie, y árbol que produce fruto cuya semilla está en él, según su especie. (La tierra desobedeció y no produjo árbol fruto—es decir, que el árbol mismo sea fruto— sino tan solo “árbol que produce fruto”. Y por eso ella fue castigada cuando Adam comió del fruto prohibido.) Y vio Elokim que era bueno. (En todo este contexto, la expresión “vio que era bueno” debe interpretarse como la finalización del acto de creación que se analiza).

13 Fue el anochecer y fue la mañana, (fin del) tercer día.

Cuarto Día.

14 Dijo Elokim: “Haya luminarias en el firmamento del cielo para separar el día de la noche y que sirvan como presagios y para (establecer) las Festividades, los días y los años. (Los eclipses de sol y de la luna son señal de una tendencia desfavorable para el mundo, aunque no necesariamente condicionante. Cuando Israel cumple la voluntad de Hashem queda a salvo de los males que los eclipses pudiesen augurar).

15 Que sirvan como luminarias en el firmamento del cielo para alumbrar sobre la tierra. Y fue así.

16 Hizo Elokim las dos grandes luminarias la luminaria mayor para regir el día y la luminaria menor para regir la noche. Y (también creó) las estrellas.

17 Elokim las estableció en la expansión del cielo para alumbrar sobre la tierra,

18 para regir el día y la noche y para separar la luz de la oscuridad. Elokim vio que era bueno.

19 Fue el anochecer y fue la mañana, (fin del) cuarto día.

Quinto Día.

20 Dijo Elokim: “Produzcan las aguas enjambres de criaturas (lit.: sheretz) vivientes (o sea, los peces) y seres voladores que vuelan sobre la tierra, a través de la expansión del cielo”. (De este versículo surge que las aves fueron creadas del agua. Sin embargo, según surge del vers. En Gén. 2:19, resulta que fueron creadas del barro).

21Elokim creó también los gigantes acuáticos y todas las especies de pequeñas criaturas vivientes (o sea los peces) con los que se colmaron las aguas. Y también, toda especie de ser con alas. Elokim vio que era bueno.

22 Entonces Elokim los bendijo diciendo: “Sean prolíficos, multiplíquense y colmen las aguas de los mares. Y multiplíquense los seres voladores sobre la tierra”. (“Seres voladores” alude a todo tipo de criaturas que vuelan).

23 Fue el anochecer y fue la mañana, (fin del) quinto día. (Peces y aves son la creación del 5° día. Los opuestos siempre se unen).

Sexto Día.

24 Dijo Elokim: “Que saque la tierra criaturas vivientes, cada una de acuerdo a su especie: animales (de ganado), seres que se arrastran (aludiendo a reptiles, animales rastreros y pequeños animales) y fieras de la tierra, cada una según su especie”. Y en efecto, así fue. (Todas las cosas fueron creadas el primer día y luego fueron sacadas a luz en el día correspondiente. Por eso indica el versículo “Saque la tierra criaturas” en vez de “produzca criaturas”, pues las mismas ya existían desde el primer día; sólo que ahora debían ser sacadas a luz).

25 Elokim hizo las bestias de la tierra -cada una según su especie-, los animales (de ganado) -cada uno según su especie- y todo ser que se arrastra por el suelo -cada uno según su especie-. Elokim vio que era bueno.

26 Dijo Elokim: “Hagamos un hombre a Nuestra imagen, según Nuestra semejanza, para que tenga dominio sobre los seres acuáticos, sobre los seres voladores del cielo, sobre los animales, sobre la tierra y sobre todo ser que se arrastra sobre la tierra”. (“Hagamos”, en plural, puede a inducir a la falsa creencia de que existiría más de un Creador. Cuando Moshé le hizo ese planteo a Hashem, Él le respondió: Quienquiera pensar mal, siempre encontrará excusas para hacerlo. Más bien, esta expresión viene a ser una lección de modestia para la humanidad, en el sentido de que Hashem, con todo Su potencial como Creador del universo, al momento de crear al hombre tuvo la humildad de aconsejarse con Sus subalternos – los ángeles). (“Dominio”, en hebreo, puede leerse también como descenso, indicando que si el hombre es meritorio tiene dominio sobre los animales; de lo contrario, es inferior a ellos).

27 Creó Elokim al hombre a Su imagen, a imagen de Elokim lo creó, varón y mujer los creó. (“A imagen de Elokim” alude al rol del hombre como microcosmos, en el convergen todas las fuerzas de la creación. A ti te fue conferida una cualidad única: el libre albedrío. Puedes optar por conducirte en base a tu mero instinto de supervivencia, igual que los animales; o bien puedes optar por darle a la existencia un sentido ético-moral – igual que Hashem— y conducirte en base a nobles principios).

28 Los bendijo Elokim y les dijo: “Sean fecundos y multiplíquense, colmen la tierra, sométanla y tengan dominio sobre los seres acuáticos, sobre los seres voladores del cielo y sobre todo animal que se mueve sobre la tierra” (El hecho de haber sido creado en último lugar, tiene para el hombre una doble lectura: Si estás comprometido con objetivos de vida superiores – si estás comprometido con la observancia de la voluntad de Hashem, que en definitiva constituye el mismísimo sentido de tu existencia, eres entonces el rey de la creación, y como tal – para la obtención de tus nobles objetivos- tienes a tu entera disposición la explotación de todos los recursos naturales, que justamente por eso fueron creados antes que ti, para estar sometidos a tu voluntad ni bien los requieras. Y por el contrario, si no estás comprometido con la observancia de la voluntad de Hashem, incluso el más insignificante insecto tendría derecho a recriminarte de qué te vanaglorias, si incluso él fue creado antes. Y también una baldosa podría recusar tu derecho a pisotearla, pues mientras ella cumple con la finalidad para la que fuera creada, tú no).

29 Dijo Elokim: “Miren, les doy a Uds. (como alimento) toda hierba que da semillas que está sobre la superficie de la tierra y todo árbol que tiene en sí fruto de árbol que da semillas. Ése será el alimento de Uds. (O sea, sólo la vegetación podían comer, pero no carne de animal. Ésta le fue permitida al hombre recién después del diluvio).

30 Y en cuanto a todo animal de la tierra, todo ser volador del cielo y todo ser que se arrastre sobre la tierra (o sea todas las criaturas) que tienen en sí espíritu de vida, su alimento será toda la vegetación”. Y así fue.

31 Vio Elokim todo lo que había hecho, y resulta que era muy bueno. Fue el anochecer y fue la mañana, el sexto día. (El artículo “el” en hebreo es la letra he, v, cuyo valor es 5, significando que Hashem condicionó la creación a la aceptación por parte de Israel de los 5 Libros de la Torá).

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