domingo, 20 de enero de 2013

Bereshit (Genesis) 2. Comentado


Parasha Bereshit: Capitulo 2.

El Shabat.

1 Así, fueron completados el cielo, la tierra y todos sus componentes.

2 En el séptimo día Elokim terminó toda la obra que hizo, y cesó en el séptimo día de toda la obra que hizo. (Elokim creó el descanso). (El Shabat trae consigo el descanso. Se refiere al descanso productivo, aquel que te permite evolucionar espiritualmente, re-examinando tu conexión con Hashem).

3 Bendijo Elokim el séptimo día y lo declaró sagrado, pues ese día Elokim cesó de toda Su obra que efectuara para hacer. (Las expresiones “efectuar” y “hacer” aluden a que en el sexto día Elokim hizo doble trabajo, para “evitar trabajar” el séptimo día, dándole así a ese primer Shabat el rol de antecedente de todos los Shabatot del pueblo Judío a lo largo de toda la existencia). (La expresión “para hacer” alude a la posibilidad que Elokim le otorgó al hombre de ser un actor viviente, partícipe y socio de la creación, para que con sus actos de bien se perfeccione a sí mismo y al medio circundante en aras de potenciar al máximo su relación con Él. Ésa es precisamente la función del hombre en el mundo como “ser creado a imagen de Elokim”).

El hombre en el Jardín de Edén.

4 Ésas son las crónicas del cielo y de la tierra cuando fueron creados, el día que Hashem, Elokim, hizo tierra y cielo. (De la paráfrasis del versículo resulta evidente que Hashem hizo toda la creación en un solo día – el primero -. Y después, en los cinco días restantes, terminó de perfeccionar y ubicar a cada una de las criaturas en su lugar).

5 Ningún arbusto silvestre existía aún en la tierra y ninguna hierba silvestre había brotado todavía, pues Hashem, Elokim, no había hecho llover sobre la tierra y no había hombre para labrar el suelo.

6 Un vapor ascendió de la tierra y regó toda la superficie del suelo.

7 Hashem, Elokim, formó al hombre del polvo del suelo e insufló en sus narices el aliento de la vida, entonces el hombre se transformó en un ser viviente. (La palabra vaiitzer, “formó”, está escrita con dos letras iud, aludiendo a la doble vida: la de este mundo y la del Mundo Venidero).

8 Hashem, Elokim, plantó un jardín en Edén (“Encanto”, en hebreo), al este, y ubicó allí al hombre que había formado. (Al este del Edén plantó el Jardín).

9 Hashem, Elokim, hizo brotar del suelo (del Edén) toda clase de árbol agradable a la vista y bueno como alimento. Y también del Árbol de la Vida en medio del Jardín y el Árbol del Conocimiento del bien y del mal (el versículo no se está refiriendo a la creación de los árboles en general, sino a árboles de una calidad diferente: los árboles del Edén).

10 Un río fluía de Edén para irrigar el Jardín y de allí se dividía formando cuatro brazos.

11 El nombre del primero es Pishón (¿Nilo?, ¿Ganges?), el cual rodea toda la tierra de Javilá (¿India?), donde está el oro.

12 El oro de aquella tierra es bueno. Allí hay cristal y piedras preciosas.

13 El nombre del segundo río es Guijón (¿Nilo Azul?) que rodea toda la tierra de Kush (¿Etiopía?).

14 El nombre del tercer río es Jidékel (Tigris), el cual corre al oeste de Ashur (Asiria), y el cuarto río es el Perat (Éufrates).

15 Hashem, Elokim, tomó al hombre y lo puso en el Gan (Jardín) Edén (o sea, lo persuadió a entrar al Jardín) para que lo labrara y lo guardase. (El universo es el Jardín de Hashem y la función del hombre es preservarlo con sus buenas acciones).

16 Hashem, Elokim, le ordenó al hombre diciendo: “De todo árbol del Jardín podrás comer libremente,

17 pero el árbol del conocimiento del bien y del mal no podrás comer, porque el día que de él comas, morirás”. (O sea, “a partir del día que comas de él, deberás enfrentarte con la muerte”).

18 Y dijo Hashem, Elokim: “No es bueno que el hombre esté solo (pues podría ser considerado una deidad), le haré una ayuda compatible para él” (lit.: “una ayuda frente a él”: Si el hombre es meritorio, su esposa le será una ayuda. Si no lo es, estará enfrentada a él).

19 Hashem, Elokim, formó de la tierra todo animal silvestre y todo ser volador del cielo y los presentó al hombre para ver cómo los llamaría. (Aquí leemos que los seres voladores fueron creados de la tierra, mientras que en Gén 1:20 leemos que fueron creados del agua. De la combinación de los versículos se infiere que fueron creados del barro). El nombre que Adam le dio a cada criatura viviente, ése es su nombre (para siempre). 􀂇

20 El hombre asignó nombres a todos los animales, a las aves del cielo y a todas las bestias del campo, pero para el hombre no encontró una ayuda que le fuera compatible. (Adam necesitaba de una pareja, al igual que las demás criaturas, pues sólo así uno llega a realizarse como ser a imagen de Hashem, al poder entonces concebir y “crear” vida como Él). (El relato continúa en Gén. 3:20).

La mujer.

21 Hashem, Elokim, hizo caer un profundo sueño sobre Adam (el terráqueo), y así éste se durmió. Entonces (Hashem) tomó uno de sus lados y cerró con carne en su lugar. (El primer humano tenía forma de hombre de un lado y forma de mujer el otro. Rashi señala que en este acto Hashem separó un lado del otro).

22 Del lado que Hashem, Elokim, tomó de Adam construyó una mujer y la presentó ante el hombre.

23 Dijo Adam: “Esta vez, hueso es de mis huesos y carne de mi carne. Ésta será llamada ishá (mujer), porque del ish (varón) ha sido tomada”.

24 Por eso, el hombre deberá dejar a su padre y a su madre para unirse con su mujer. Y serán una sola carne. (La carne del hombre y de la mujer alcanzan su máximo nivel de unificación a través del fruto de su unión: el hijo).

25 Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban (Aún no existía el concepto del mal del cual habrían de avergonzarse).

No hay comentarios:

Publicar un comentario